Las Pymes tenemos mucho en común con Messi

Por: Guillermo Siro, titular de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires

Tras los festejos por la Copa obtenida recientemente por la Selección Argentina ante Italia, aparecen siempre los comentarios, comparaciones y aquellas reflexiones que puedan servir para el devenir de la vida cotidiana y, por qué no, para trazar lúdicamente algunos paralelismos con la actividad económica y, específicamente la empresaria.

Esta vez, en lugar de lamentarnos a los cuatro vientos y amortiguar nuestras broncas, aprovechamos la pausa que nos da la pasión de multitudes para disfrutar del triunfo del combinado argentino y, por supuesto, de una gran joya del fútbol como Lionel Messi.

En plena cresta de la ola, y con todo su potencial futbolístico, él nos enseña acerca de sus sabidurías para eludir rivales con sus reflejos, su gambeta y su perseverancia. Tales atributos nos incumben también a los pequeños y medianos empresarios y su necesidad de rendir a diario examen para enfrentar la realidad.

Hay una imagen del reciente partido que se debe haber repetido en más de una ocasión, con un  Messi rodeado entre rivales a los cuales hay que engañar con movimientos rápidos, precisos y creativos.  En este caso, la duda o la lentitud no son opciones, y significaría fracasar en el intento.

Por ejemplo, las Pymes tienen todos los días que enfrentar alguna de esas resoluciones impositivas desde AFIP con la que empiezan a esmerilar nuestro aliento. Nos obligan a reducir el tiempo de pelea por nuevos mercados para entender y adaptarnos a obligaciones con formatos novedosos y exigentes. La hermana menor ARBA, en territorio bonaerense, tiene también sus intervenciones persistentes como para abonar a la mayor complejidad para hacer aún más exigente el cumplimiento de obligaciones tributarias. Tampoco debemos olvidarnos de las rentas municipales, informalidad que constituye una competencia desleal, entre otros.

Cuando no se trata de resoluciones de la AFIO o ARBA, suelen aparecer otros jugadores como quienes atacan a la sustentabilidad y rentabilidad de nuestro sector.  A veces asoman los aportes de la creatividad legislativa, como es el caso de la creación de nuevos impuestos, tasas o contribuciones que son por única vez (preferimos reírnos para no llorar), como el impuesto a las transferencias bancarias. El jugador impositivo es muy duro de eludir, ya que no se ha combatido la informalidad y el desarrollo de actividades con competencia desleal. Pero las Pymes, al igual que Messi, seguimos aguantando la tenencia de la pelota en campo del adversario y es provocativo. Eso concentra marcas, y en nuestro caso mayores limitaciones, como la gran presión de muchos sindicatos que no comprenden que primero se debe generar riqueza para después hacer una distribución.

Por supuesto que si tuviéramos las mismas reglas de juego, la habilidad y sustentabilidad que ha tenido  Messi, no estaríamos sembrando valles de lágrimas y nuestros temarios sociales hablarían más de otras cuestiones.

Sin embargo, nos une una misma cualidad o virtud que es la pasión por lo que hacemos y los deseos de mejorar día a día. Las Pymes estamos dispuestas a rendir exámenes a diario, aún ante la mínima marca que haga un rival o ante un incremento impositivo.  La consigna no negociable es la de avanzar. Al igual que nos enseñó nuestro poeta Almafuerte: “Si te postran diez veces, te levantas, otras diez, otras cien, otras quinientas…”.