«Los bancos te dan un paraguas cuando hay sol y te lo sacan cuando llueve»

sí lo expresó Guillermo Siro, presidente de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), al realizar análisis de la actitud del sector financiero en relación a las Pymes durante la pandemia.

El dirigente explicó que dada la profundidad de la crisis, muchas empresas “cerraron y van a seguir cerrando, porque se está trabajando por debajo del punto de equilibrio”. Insistió en la necesidad de un “financiamiento serio”. Sin perder el tono optimista, hizo referencia al 47° aniversario de la entidad empresaria. 

¿Pudieron celebrar en este contexto especial?

Lo hicimos a través de Zoom, porque cumplimos 47 años acompañando al sector productivo y a las Pymes bonaerenses, también participamos activamente en las entidades nacionales. CEPBA ha tenido grandes dirigentes como Juan Ramón Nazar, Aladino Benassi, que me acompaña en la gestión como director general y es mi mentor también. Nuestra comisión directiva es realmente representativa ya que la integran 260 entidades que representamos a cerca de 67 mil Pymes bonaerenses.

¿Cómo han sido los últimos años para las Pymes? 

En el encuentro virtual, con la Comisión Directiva hablábamos que hemos vivido y sufrido grandes crisis de origen nacional e internacional. Desde el “rodrigazo” que lo viví siendo hijo de un comerciante, porque en esta actividad normalmente todos venimos de familia Pyme, como el “efecto tequila”, la crisis internacional del 2007-2008. Lo que nunca habíamos vivido es una pandemia, porque se producen aproximadamente cada 100 años. Siempre en una crisis se cae la demanda o la oferta. En el 2001/ 2002 la demanda existía. Teníamos un problema serio de oferta porque se había dicho que un peso valía un dólar. En este caso cayó la demanda, porque la gente ha perdido capacidad de compra desde hace un tiempo largo, no solamente por la pandemia que la agravó. Además. veníamos de una situación muy difícil porque durante los cuatro años del macrismo, que había aplicado una política de especulación y producción primaria, ya era otro modelo de país donde el debate sería si no había política Pyme o si era esa. 

¿En qué situación estaban las Pymes cuando cambió el gobierno?

Estábamos en terapia intensiva. En 2018 y 2019 fueron los años más duros que hemos tenido en nuestra historia y no me equivoco. Pero la peleamos porque veíamos la oportunidad de cambio, la luz al final del túnel. Ahora, claro, a los tres meses de gestión del gobierno que empezó a tomar medidas acertadas, que apuntaba al mercado nacional, a promover a los que generan trabajo, riqueza, con la incorporación de valor agregado, que somos las Pymes, la industria, el desarrollo de los procesos de incorporación de valor a la producción primaria, llegó a la pandemia. Es decir, si estábamos en terapia intensiva con respirador, la pandemia nos cortó la luz, nos quedamos sin aire. El gobierno que avalamos, apoyamos y con el cual dialogamos y trabajamos en conjunto día a día, tiene un grupo electrógeno viejito que anda medio mal, a veces hasta se para y la decisión que tomó fue darle el primer oxígeno, la primera ayuda a los más necesitados y creó el IFE porque la pandemia había dejado un importante grupo de ciudadanos directamente sin sustento.

¿Ustedes estuvieron de acuerdo con ese subsidio?

Lo apoyamos. Después nosotros tuvimos que prepararnos para garantizar la paz social y que no se pierdan puestos de trabajo. Se tomaron dos medidas. Una prórroga de la ley de prohibición de despidos, que fue difícil para la sustentabilidad de las Pymes y los ATP, que no es la medida que nosotros esperábamos y necesitamos pero realmente fue la que contuvo el empleo, ayudó a que no se despida gente. Hoy si uno analiza despedir una persona, con las multas, la doble indemnización y demás consecuencias, es poner la bandera de remate.

Algunos análisis indican que, de todos modos, cerraron 70 mil Pymes…

Cerraron muchas en este periodo y van a seguir cerrando, porque se está trabajando por debajo del punto de equilibrio, no hay reestructuración y esta nueva normalidad impone un nuevo sistema de trabajo. Pero la estamos peleando. Algunos están solamente con una rodilla en el piso y preparándose para levantarse, otros con las dos rodillas en el piso y un sector muy dañado como el turismo, espectáculos, cines y demás, que durante un tiempo largo no van a poder recuperar sus actividades normales. Pero la voluntad está. Trabajamos las cuatro entidades en la Provincia, hemos constituido una mesa y desarrollamos acciones conjuntas con una agenda pos pandemia, mirando no sólo el presente, sino también el futuro. En esa agenda tenemos que aprovechar esta difícil situación, mirarla como oportunidad y empezar a trabajar. 

¿Cómo están funcionando las Pymes en pandemia?

Tanto una industria como un comercio que antes tenía puestos de trabajo para 100 o 10 personas, esta nueva normalidad, hace que ahora tengamos puestos para cinco o seis. Hay un 20% exceptuado porque si yo tenía un local para atender 10 personas público ahora voy a tener 4; si tenía 30 máquinas, con el distanciamiento voy a poder tener 20. Por consiguiente, hay 10 personas que ya no van a tener su puesto de las máquinas. La nueva realidad indica que nosotros deberíamos haber hecho un ajuste de personal. Eso desde una mirada empresarial. Yo soy contador y tengo la deformación profesional de mirar que los números cierren. Pero esta situación no se dio porque lo primero que hacemos los Pymes es priorizar el trabajador, es parte de nuestra cultura, no son un número, sino que tienen nombre, apellido, familia y una vivencia juntos. Yo tuve comercios que como venían de mi padre los trabajadores me vieron nacer, tenían más antigüedad en el empleo que mi propia edad. Entonces, uno lo maneja de otra manera.

El ministro Guzmán anunció el corte de los programas IFE y ATP, pero dijo que iba a llegaría financiamiento para las Pymes. ¿Qué esperan ustedes?

La situación que venía relatando ha desfinanciado a las Pymes, porque el ATP solamente cubría el 50% del salario, no los aportes ni el resto del salario. El impacto del salario en la producción de poroto de soja debe ser el 1% en cambio en la producción industrial es de un 20 o 25% de los cuales solamente un 12.5% fue pagado y hasta con topes por parte del estado. El resto se cubrió con capital de trabajo de las Pymes. Hoy estamos sin capital de trabajo. Aquellas que son textiles, de marroquinería o de cadenas de valor cuero como la mía, estamos fuera de temporada o nos quedamos con una temporada de invierno comprada, invertida que no se vendió. Por consiguiente, tenemos que salir a recuperar para la temporada de verano. Esto hace que la situación sea muy difícil y que, si queremos recuperar al sector empleador para que haya trabajo, porque sin empleador no hay trabajo, necesitamos financiamiento en serio.

Fue muy polémica la relación con los bancos. ¿Pudieron resolverla? 

Es uno de los sectores que nos ha dado la espalda y que va a tener ganancias extraordinarias, hecho que vamos a penalizar el año que viene. Nosotros vamos a tomarlo como una estrategia de acción frente a una gran pandemia. Cuando todo el mundo perdió no puede haber sectores que ganan fortunas como el sector financiero. No los bancos oficiales que realmente entendieron la situación e hicieron un gran esfuerzo. Habían quedado muy dañados tras cuatro años donde solamente le prestaban plata a los Vicentín y a las grandes empresas para que fuguen dinero. Algo intentaron hacer, ayudaron, pero no alcanzó y no alcanzó. Sobre todo, porque hay una línea bancaria, más allá de las divisiones políticas, que es muy reticente a prestar plata, dar fondos por proyectos y no por garantías. Eso muchas veces hace que las Pymes no puedan acceder a crédito. Después de dos años de gran crisis o de cuatro años de una caída de la actividad, los balances van todos con pérdidas. Si miran la ganancia en el 2019, 2018, 2017, nadie es sujeto de crédito. Es una situación que la política por ahí la entiende. Los bancos privados, ni hablar. En el momento donde más se necesitaban nos llamaban, inclusive el Banco Cooperativo y lo digo con nombre propio, para bajar los montos de acuerdo de descubierto. Ahí surgió la frase que dice “los bancos te dan un paraguas cuando hay sol y te lo sacan cuando llueve”. 

¿Quiere decir que no hay posibilidades de financiamiento?

Estamos en con una gran pandemia financiera para poder ponernos en marcha rápidamente y esto el gobierno lo sabe, pero no tiene recursos. Hay que entender que los recursos que maneja el estado son los que aportan un pequeño número de contribuyentes que pagan impuestos, porque otro de los problemas que ha generado la pandemia es una gran informalidad. La gente que no puede pagar impuestos sigue trabajando en el marco de la informalidad y como nadie los controla, descubrió que es posible y rentable esa situación. Entonces se desarrolla una actividad potente porque además tiene rentabilidad en el marco de la informalidad, pero afecta y destruye aquellos que seguimos en la formalidad. Tenemos que empezar a trabajar para resolverlo. Que todos paguemos menos impuestos y podamos subsistir. El desafío es definir cuál va a ser el sistema financiero y de crédito.

¿Cómo debería plantearse? 

Si a mí me dan crédito para pagar gastos corrientes. me fundo. Hay que entender eso. Si con los gastos corrientes no llegó al punto de equilibrio, tengo que tener una cantidad de unidades vendidas con rentabilidad para que se justifique tener las persianas abiertas. Si necesito crédito para pagar salarios, me fundo porque no voy a poder devolverlo. Es un poco el criterio de la moratoria. Las moratorias persiguen fines recaudatorios, porque lo que te sacan son las multas y penalidades pero no el capital que no pudiste pagar. Después hay que cubrir la cuota adeudada pero además el impuesto devengado en el mes corriente. Son recetas que hacen fundir y destruyen al sector. Por eso tenemos que trabajar codo a codo con el gobierno nacional, los provinciales y municipales para bajar la presión tributaria, entendiendo además que el estado no puede seguir emitiendo, porque la emisión va a generar un desequilibrio de las garantías y las reservas y la cantidad de dinero en efectivo que está en la calle va a generar inflación. 

Queda claro que las Pymes tienen grandes desafíos por delante… 

Toda esta situación es real y uno tiene la responsabilidad de comentarla, porque si no la gente se equivoca viendo lo que pasa. Los Pyme no somos grandes empresarios. Muchas veces se piensa en Rocca, Bunge & Born, Ratazzi… Nosotros somos trabajadores que además generamos trabajo. Todas las mañanas tenemos la persiana abierta, pagamos impuestos y construimos las realidades económicas de las regiones. Estamos en una situación difícil, el nivel de cierre de comercios y de locales desocupados es alarmante, lógico e histórico. Pero vemos con optimismo el futuro. Creemos que, si las medidas que se empezaron a tomar con este gobierno continúan, nos vamos a recuperar. En el proceso van a quedar gente en el camino. Habrá que trabajar con ellos, hablo como dirigente gremial porque cuando una Pyme cierra, cierra una expectativa de vida de una familia. No cierra un fondo de inversión y hay que trabajar con eso. Porque un Pyme piensa que el hijo y el nieto van a continuar con su empresa. Cuando uno tiene que cerrar está destruyendo el futuro de uno, de sus hijos y de su nieto y esto la gente lo tiene que entender. Además, los trabajadores son parte de la Pyme, así que hay que trabajar con ellos y para que haya miles de nuevos pequeños y medianos empresarios empezando. Desde CEPBA apostamos a eso.

FUENTE: SER INDUSTRIA