Un gran paso para ir hacia la cultura productiva

Por: Guillermo Siro, titular de CEPBA

A los anuncios del Ministro de Economía, Sergio Massa, de ir por un proceso de transformación de los planes sociales en trabajo, los seguimos con fuertes expectativas desde el mundo de la producción y del trabajo. En estas horas se estará publicando formalmente el decreto por el cual se pondrá en marcha el programa para incentivar la creación de empleo formal, con la finalidad -muy ambiciosa por cierto- de incorporar el año que viene a más de 200 mil beneficiarios de planes al mercado laboral.

Entre otras cosas, y a partir de esa decisión del gobierno nacional, el empleador tendrá bonificados los aportes y contribuciones, todo esto con el incentivo de que el Estado seguirá pagando durante un año la base del programa y el empresario completará el salario de convenio. Aunque resulte una obviedad, debemos remarcar que para que haya un nuevo trabajador debe haber un nuevo puesto de trabajo y si bien son importantes estas medidas, es fundamental que se genere un contexto adecuado y propicio para la creación y soporte de las empresas que puedan garantizar esos puestos laborales.

Es necesario que las medidas no sean aisladas, ni de una visión de corto plazo, y que alienten el desarrollo de la actividad industrial y comercial, con un marco de sustentabilidad, previsibilidad y tranquilidad para la actividad empresaria. Necesitamos que sea una competencia leal, en donde se generen nuevos puestos de trabajo a partir de nuevas empresas que se radiquen y nazcan en la República Argentina, ya que la única manera que haya un nuevo trabajador registrado es que haya un nuevo puesto de trabajo en la economía formal.

En una difícil coyuntura económica y con un país en el cual hay tantas cosas para hacer y soñar es impensable un modelo en el cual no se avance sin trabajo productivo y creador de riqueza genuina. Es por eso que decisiones de este tipo no sólo deben ser apoyadas verbalmente, sino que deben ser analizadas y diagramadas con el apoyo de todos los sectores sociales. Hay que resaltar que el secreto para la recuperación económica está en manos del trabajo registrado, o cómo se dice en la calle: “el trabajo en blanco” o “trabajo decente”, que es la definición que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) le da al trabajo de calidad registrado y con capacitación continua.

Con esa filosofía estamos comprometidas las pymes. Somos la mano de obra intensiva y generamos el 80% de los puestos laborales en el país. Por eso, debemos prepararnos y adecuarnos a las exigencias de un presente complejo en el mercado interno y también en diferentes mercados internacionales, que seguramente quieren nuestras materias primas sin industrializar, pero que también deben ser destino de nuestra mayor colocación de productos con valor agregado. De esta manera, haremos del país una fábrica de divisas con trabajo argentino, con identidad, experiencia, tecnología, desarrollo y materias primas transformadas en esperanza.

Hay que saber que cuando hay un clima de recuperación económica y están dadas las condiciones, las pymes automáticamente contratan gente, y después de un período de prueba esos trabajadores son registrados, porque uno lo que menos quiere son problemas. Sobre el trabajo registrado hay, obviamente, una gran inquietud en fomentar la capacitación y nosotros mismos, al respecto, somos protagonistas para el desarrollo de oficios. Lo cierto es que hay mucha gente que se capacita, pero el problema en nuestro país es que se desanima el desarrollo de nuevas empresas y se castiga al que trabaja, al que invierte y apuesta a la creación de riqueza.

Hoy más que nunca sostenemos que de esta crisis solo salimos con trabajo, con las máquinas en marcha, con reglas y condiciones predecibles, recuperando la mano de obra calificada y capacitando a la que todavía no lo está. La salida está con el trabajo de calidad, con salarios que fomenten el consumo a través de un adecuado comercio exterior inteligente, y con identidad digital certificada, que genere confiabilidad y certidumbre sobre las diferentes contrapartes.

Ratificamos hasta el hartazgo que las pymes somos y seremos parte de la solución, poniéndonos a disposición como entidad para estar a la altura de los desafíos y circunstancias de los difíciles momentos que vislumbramos en el futuro inmediato. Muchas representamos más del 98% del total de empresas del país y estamos convencidos que debemos construir una oferta exportable con valor agregado, que contribuya a la generación de divisas trabajadas y no como fruto de la especulación.

Debemos ratificar la vuelta a la cultura del esfuerzo, el trabajo y la iniciativa que promueva el contexto adecuado para cambiar las expectativas de nuestras futuras generaciones, ya que el cambio del futuro empieza hoy.