Unidad y diálogo, la clave de las pymes para invertir, generar empleo y desarrollar al país

Daniel Rosato, es presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA)

Cuando inició la pandemia, las pymes ingresamos en un mundo de incertidumbres que sólo fue paliado por la acción ágil del Gobierno para proteger a la producción nacional. Desde allí sabíamos que se abrían nuevos desafíos y oportunidades para las fábricas, que afrontamos una agenda novedosa en términos de comercio exterior, financiamiento, inversión, empleo e inflación, entre otros puntos.

Si bien hoy no es la postpandemia, mucho menos mirando los casos de los países europeas que enfrentar una crisis sanitaria nuevamente en alza, podemos decir que existe experiencia para entender que el Estado presente es necesario para enfrentar situaciones extraordinarias, pero es la iniciativa privada la encargada de dinamizar el desarrollo económico del país.

Ya lejos de la necesidad de una ayuda directa para sostener el empleo, las Pymes debemos contar con condiciones de estabilidad para poder enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más competitivo, más protegido y exportador de sus problemas locales, como la inflación o las limitaciones logísticas.

Desde Industriales Pymes Argentinos (IPA) tenemos un camino recorrido que nos permite entender y, desde ahí, proponer medidas y acciones que ayuden a profundizar el desarrollo. El Segundo Congreso Industrial para el Consenso del Trabajo y la Producción no sólo dejó valiosas conclusiones para cada uno de los 22 sectores que participaron, sino que profundizó el camino del diálogo como resolución de problemas.

Allí entendimos que las actualizaciones laborales deben ser beneficiosas para los trabajadores y para las empresas: si un empleado trabaja mejor, percibe más ingresos e incrementa el consumo, la producción nacional crece. Como también, que una Pyme tenga seguridad jurídica provoca mayor empleabilidad, nuevas inversiones y más producción y ventas. El verdadero diálogo es circular y virtuoso.

Ese acuerdo necesita condiciones macroeconómicas necesarias para la previsión. El financiamiento para la inversión es clave, y en momentos en donde se debate el modelo ante las presiones del mercado financiero por la situación cambiaria, las empresas nacionales tenemos claro que las tensiones se solucionan con más y mejor trabajo.

Para eso, las tasas de interés para la producción deben ser más bajas, sin importar el ritmo de la inflación sino la contrapartida en generación de empleo para bajar la pobreza en la Argentina. Para ser claros, el financiamiento para dar trabajo tiene que ser barato.

El costo de la energía para la producción es uno de los puntos sensibles en el camino del desarrollo. En momentos en que las grandes corporaciones, impulsoras de la globalización de la producción, comienzan a cuestionar las cadenas de valor mundiales, es clave quitarle el ancla de commoditie a los precios del gas y el petróleo que se producen en nuestro país. Las pymes cobramos en pesos y debemos pagar en la misma moneda este insumo vital.

Allí es clave el avance legislativo de la ley de Inversiones Hidrocarburíferas que impulsó el Gobierno porque permitirá un horizonte de desarrollo en materia energética, con YPF -nuestra empresa de bandera-como cabeza del desarrollo de la cadena de valor integrada con más Pymes locales.

También es fundamental controlar la inflación de otros insumos difundidos, de modo que podamos determinar un camino de inversión estable y sostenido. Es inconcebible que haya monopolios u oligopolios que tengan en sus manos, de manera caprichosa, el futuro de los costos diarios de las empresas que generan empleo. Hoy las miradas están puestas en el acuerdo por la deuda pública argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las Pymes sabemos que del éxito de las negociaciones del Gobierno con el organismo multilateral de crédito depende la estabilidad en materia de reservas internacionales, y consecuentemente la disponibilidad de dólares para que las empresas podamos acceder al MULC y poder comprar insumos y bienes de capital para el funcionamiento de la industria local. Hoy ya podemos ver algunas complicaciones en este punto.

Son muchos los desafíos y hay una agenda más amplia. Este repaso, que fue parte del debate del Segundo Congreso Industrial, tiene como punto de partida la necesidad de avanzar en el desarrollo productivo, partiendo de una política integral que promueva a las Pymes como parte de las mesas de consultas.

Sin una coordinación entre los sectores de la producción y el Gobierno para desarrollar la agenda productiva desde hoy hasta los próximos dos años, por lo menos, será imposible plasmar el resto de las acciones.

Por eso es imprescindible la creación de una Mesa de Diálogo Pyme en el ámbito del Estado nacional, en donde además del análisis sectorial, surjan las medidas que todo el universo productivo respaldará y defenderá, a pesar de los contextos dinámicos del país, tanto en materia económica como política. El desafío es crecer con inclusión y allí nos tiene que encontrar a todas las Pymes, a los sindicatos y al Estado del mismo lado.